EL PODER DEL DESTINO
Hola, soy Jorge y…bueno, tengo 18 años recién cumplidos. Buf…siento que no sé si quiera presentarme. Algo tan sencillo como es decir tu nombre, edad y tal, para mí parece el fin del mundo. En definitiva, soy un chico como los demás…quizás uno que piensa mucho las cosas. No sé si es necesario decirlo pero vivo en la comunidad autónoma de Cataluña. Si, si, esa comunidad española que siempre parece querer situarse en los principales titulares de prensa.
Después de mi patética presentación, os contaré una anécdota sobre algo en lo que uno puede creer o dejar de hacerlo, es decir, el destino.
Todo empieza en un “bello” día de invierno, de esos de los que sales a la calle y te quedas prácticamente congelado. Como siempre, tuve que madrugar y nada…al instituto (un lugar dónde uno tiene tiempo para pensar). Durante todo el día todo pasó como siempre, de la misma manera aburrida y monótona con la que transcurrían los días. Al llegar la última clase del día, Historia de la filosofía, se habló de un tema que yo no le di importancia pero que quizás debería habérsela dado. Hablamos de Epicuro, los estoicos y claro, entre ellos no iba a faltar el tema destino.
Había gente de mi clase que creía en ello pero a mi sinceramente me parecía una tontería muy grande. Siempre he pensado que cada uno escoge el camino que quiere en todo momento de su vida y que nada está escrito.
Volviendo a la clase de Historia de la filosofía, como decía antes, hubo opiniones de todo tipo pero mi tesis no cambió. Para mí el destino no existía. Al salir de clase y haber terminado otro día más de curso, de vuelta a casa fui hablando con mis amigos sobre el tema. Éramos tres, ellos dos creían en el destino pero a mí nadie me iba a cambiar mi forma de pensar. Es que yo soy así y si pienso algo, nadie me va hacer pensar lo contrario.
Al llegar a mi casa, merendé, hice los deberes, estudie las tres dichosas horas que nos aconsejaban, vi la tele un largo rato y tras ello me fui a dormir. Fíjense que casualidad, casi nunca soñaba nada y precisamente esa noche tuve que soñar algo. En mi sueño o mejor dicho pesadilla, tenía un…iba a decir hombre pero es que aquello era muy horrible y grotesco para serlo. El caso es que delante mío había algo muy pero que muy feo (tanto que no llegaba a dar miedo) y ese algo me miraba seriamente y me hablaba con una voz que me resultó muy…como decir… ¿andaluza?
-Xiquillo… ¿Tú quien te haj creio poniendo en duda er destino? Po haberlo hexo, mañana ya verá…ya verá…er destino no se va apiadá de ti…
Al haber escuchado ese mensaje en mi pesadilla, me desperté con la cama llena de sudor (y mira que era pleno invierno) y pensé: ¿Cómo demonios habré soñado esto?
El día siguiente llegó y para ser sincero…si, por un momento pensé en la pesadilla.
-Desde luego, ¿Cómo puedo estar pensando en tal tontería?
El día fue transcurriendo como cualquier otro y mientras lo hacía, no pasó nada fuera de lo normal. Lo malo llegó por la tarde. La tarde en sí era como cualquier otra, lo realmente malo fue lo que me pasó. A las 17:00 horas fui hacer mi examen de conducir de coche y yo iba muy tranquilo, ya que había hecho 100 practicas (casi me matan mis padres por la pasta que se dejaron). Cuando decidí subir al examen no me preocupé en absoluto. Iba sobrado, ya que el coche lo llevaba casi con los ojos cerrados. Hasta el profe de la autoescuela me dijo que no tenía de que preocuparme y eso es lo que hice, no preocuparme.
Llegó la hora y me subí en el Seat 600 de la autoescuela (no os riais, que el tamaño y la antigüedad no importa). El coche…era una porquería. No tuve ningún problema para encenderlo ni nada y de hecho el examen fue correctamente pero…no sé como lo hice que con la elevada velocidad que llevaba el coche (50 km/h), no pude evitar saltarme tres stops y diez semáforos.
Vaya que mala suerte la mía…ahora tendría que renovar papeles, ya que era la segunda vez que subía a examen y esa pasta la tenía guardada para ir esa misma tarde a ver el Barça-Madrid.
Si, pues no crean que lo peor fue esto. Cuando llegó la hora del partido y estaba frente al televisor de mi salón…no se lo van a creer…toda la tarde había ido de lujo la tele y justo al empezar el partido…salieron grumos por toda la pantalla. Estuve la mitad del partido moviendo la maldita antena hasta que al fin…conseguí quitar los grumos. Me sentí aliviado al poder ver al menos la segunda parte, aunque hubiese preferido no verla. El Madrid ganó al Barça a 10-0. ¡Qué horror! ¡Noooo!
Había sido el peor día de mi vida… ¿Este era el destino que estaba escrito para mí o simplemente había tenido mala suerte?
Rony (OV)
No te desanimes, por no haber ganado. Tu sigue intentandolo!
ResponderEliminarPero mientras pasate por mi blog y COMENTAME no??? jajaja
venga Rony!
bye! feliz san jorge!(k raro suena dicho en castellano)xD
eeeeeeeeeeeeeei
ResponderEliminarpasate ya y lee mi realto noooo??? vaaa comentameee
deww